jueves, 25 de septiembre de 2014

¿QUÉ ES LA SUMISIÓN QUÍMICA?: DROGA RÁPIDA Y DE CORTA DURACIÓN


SUMISIÓN QUÍMICA


  • Toxicología alerta del aumento de casos de delincuentes que usan sustancias que no se notan  y que provocan pérdida memoria para cometer robos, homicidios y agresiones sexuales  y hasta a enfermos





El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF), dependiente del Ministerio de Justicia, ha detectado en los últimos años un notable incremento del uso por parte de los delincuentes de drogas que provocan pérdida o disminución de memoria, lo que aprovechan para perpetrar delitos, tales como robos, homicidios, sedación e incapacitación de personas mayores, aunque la mayoría están relacionados con agresiones sexuales. Los autores no distinguen entre víctimas, y, de hecho, en ella hay incluso enfermos y niños.

Las sustancias psicoactivas son utilizadas para manipular la voluntad de las personas o modificar su comportamiento con fines delictivos. En estas situaciones los efectos farmacológicos de la sustancia administrada evitan que la víctima se encuentre en condiciones de prestar su consentimiento legal o de presentar resistencia a su atacante. Esto es lo que se conoce como «sumisión química».

El aumento de los delitos a través de este procedimiento en lo que se refiere a las agresiones sexuales es lo que ha hecho que el Instituto Nacional de Toxicología, dependiente del Ministerio de Justicia, haya elaborado unas «Instrucciones de actuación en caso de agresión sexual con sospecha de intoxicación».

En algunos casos, las sustancias las toma la víctima voluntariamente, alterando su autonomía para tomar decisiones. Sin embargo, en otros casos, se les le proporcionan «de forma subrepticia, lo que puede disminuir la capacidad de la víctima para identificar una situación peligrosa o para resistirse a la agresión».

En el estudio del Instituto de Toxicología se advierte de que en el paso del tiempo desde la agresión hasta la denuncia es decisivo determinar los tóxicos utilizados, «ya que se suelen emplear sustancias con una acción rápida y de corta duración, que rápidamente son eliminadas del organismo».

Pero, además, se advierte de otra de las dificultades relacionadas con los delitos relacionados con «sumisión química», y no es más que las escasas denuncias que se presentan de agresiones sexuales debido a la pérdida o disminución de memoria, derivada de las drogas que les fueron administradas por los agresores. En concreto, esas denuncias no llegan al 20 por ciento de las que realmente suceden. 

Por este motivo, el Instituto de Toxicología insta a que se presenten de forma inmediata, ya que la tardanza en formularla impide una «adecuada recogida e identificación de las muestras».

La inmediatez, decisiva
Por lo general, señala el informe, la demora en acudir a un centro médico por parte de la víctima, para que se practique la recogida de muestras biológicas con fines toxicológicos y criminalísticos, «es inversamente proporcional a las posibilidades de detectar las sustancias implicadas en casos de ‘‘sumisión química''».

Entre las «instrucciones de actuación», se destacan las recogidas de determinadas muestras para el estudio toxicológico. Así, como prioridades figuran las muestras de sangre y orina. La primera porque su análisis ofrece datos del «consumo reciente de la sustancia». Sin embargo, se advierte que, dado la rápida eliminación de las sustancias en sangre, «en el caso de existir cierto retraso en solicitar ayuda médica, es probable que la sustancia administrada haya desaparecido de la sangre».

Y, respecto a la orina, porque ofrece también la ventaja de «detección superiores a la sangre para las sustancias químicas».

También se aconseja recoger muestras no biológicas relacionadas con la víctima, como los fármacos encontrados en el lugar de los hechos, recipientes o utensilios utilizados, «así como la bebida o alimentos sospechosos, o la sustancia, si los puede aportar el paciente».
En esa misma línea, se recomienda también tomar muestras de cabello y pelos, pero en «casos muy seleccionados», en aquellos en los que se  pudo hacer una toma de muestra inmediata «o se estima que se ha producido la eliminación del tóxico en sangre y orina».

El Instituto Nacional de Toxicología es el laboratorio de referencia para todos los Institutos de Medicina Legal de España, que forman parte de la red de atención   urgente a las víctimas de agresiones sexuales en coordinación con la   red asistencial hospitalaria y con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Esto permite la investigación toxicológica de todas las pruebas   realizadas en delitos contra la libertad sexual y, por lo tanto, la   posibilidad de determinar si ha existido «sumisión química». El  análisis de las mismas incluye de forma rutinaria sustancias como el   alcohol, las benzodiacepinas o las drogas de abuso.


En primera persona
Adriana / víctima
«No seas tonta, aquí ponen unas copas muy especiales»

Hace sólo dos años, Adriana decidió salir a divertirse una noche por Barcelona. No conocía la ciudad y se dejó guiar por una compañera de estudios. A mitad de la  velada conocieron a un gupo de chicos. Uno de ellos, de origen marroquí, las llevó a ella y a su amiga a otro local cerca del puerto. «Le conocía todo el mundo y cuando nos sentamos me dijo que allí ponían copas muy especiales y que me invitaba a una. Le dí dos sorbos  y al momento me sentí completamente relajada. No tardó ni dos minutos  en lanzarse sobre mí y besarme», afirma Adriana que aún no recuerda con claridad esa noche. En la bebida que le ofreció, «según me dijeron los Mossos», la habían echado burundanga, una droga vegetal que anula la voluntad y la memoria del que la consume. La dio una segunda dósis porque cuando intentó abusar de ella, Adriana comenzó a reaccionar: «Me metió una copa entera  a la fuerza. A partir de ahí ya no recuerdo nada». Su agresor la llevó sumisa hasta su residencia y entró en su habitación. Allí abusó de ella: «Le pedí que parara, que me hacía daño, pero siguió». Se despertó a la mañana siguiente, «lo veía todo borroso» y tras seis horas de declaración, seguía teniendo lagunas.

Fuente: larazon.es Jueves, 25 Septiembre 2014.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿FOBIA SOCIAL?: "no sabré que decir", "pensaran que soy raro", "me quedaré en blanco", "no tengo personalidad", "me despreciarán"

FOBIA SOCIAL

«No sé qué decir», «siempre meto la pata», «tartamudearé y no me entenderá», «me quedaré en blanco». «Se van a dar cuenta», «me están mirando», «sabrán que estoy  nervioso», «llamaré la atención». «Pensarán que soy raro, idiota, débil, que miento, que me estoy insinuando, que escondo algo, que soy homosexual, que estoy nervioso, que estoy haciendo el ridículo, que soy aburrido y que no estoy a la altura». «Me despreciarán», «no querrán hablar conmigo», «dejará de ser mi amigo», «me despedirá», «me va a abandonar».





La fobia social es un miedo irracional y desproporcionado a un cierto número de situaciones de interacción social. La persona está convencida de que actuará de manera inadecuada, ridícula, embarazosa o humillante, y que los demás se darán cuenta y la descalificarán o rechazarán. Esta convicción va acompañada de una, a menudo, intensa activación fisiológica como calor, sudor, rubor, temblores, taquicardia o sensaciones en el estómago. Ante este fuerte malestar cognitivo y emocional,
la persona tiende a protegerse evitando las situaciones comprometidas o, una vez en ellas, realizando conductas de seguridad destinadas a conseguir que sus temores no se cumplan y que sus sensaciones físicas desaparezcan.
Las situaciones sociales que habitualmente provocan este malestar, aunque son muy variables de persona a persona, suelen ser: asistir a fiestas o reuniones sociales, hablar en público, pedir información, comer o beber en público, conocer gente nueva, escribir mientras se está siendo observado o hablar por teléfono. Se habla de fobia social específica cuando estos miedos aparecen centrados en una gama mínima de situaciones sociales. La fobia social específica más habitual es hablar en público.

La fobia social es uno de los trastornos de ansiedad más habituales. Los estudios (Heimberg et al., 1995; Emmelkamp et al., 1992, Echeburúa, 1995; Badós, 2001) indican que entre el 1,5 y el 3,5% de la población general padece fobia social. Los sufridores buscan ayuda muy tarde: entre los 6 y los 20 años después de estar sufriendo el problema. La edad media en la que llegan a consulta de un profesional se sitúa entre los 27 y los 34 años de edad, aunque la persona empieza a sufrir entre los 15 y los 20 años. Respecto a la distribución por sexos, la fobia social es un problema más corriente en mujeres pero, sin embargo, son más hombres los que llegan a consulta. El nivel socio-cultural de los sufridores es medio-alto. Entre el 35 y el 50% de estas personas sufren también depresión clínica o subclínica, y entre el 16 y el 36% del total abusan del alcohol, los ansiolíticos y otras sustancias tóxicas.

TRATAMIENTO: TERAPIA COGNITIVA

Habitualmente el primer elemento activo del protocolo de tratamiento para la fobia social es la terapia cognitiva. La única excepción a esta norma sería el caso de aquellas personas que tuviesen un importante déficit de habilidades sociales. En estos casos el primer peldaño en la escalera terapéutica debería ser el entrenamiento de habilidades sociales.
Si el grado de depresión fuera clínico, o hubiese una adicción al alcohol u otras sustancias, es también muy probable que se diese prioridad a estas áreas-problema antes de acometer en sí la fobia social.


Fuente: Sevillá, J. y Pastor, C. Cómo tratar con éxito la fobia social. Valencia: Centro de Terapia de Conducta

viernes, 5 de septiembre de 2014

HÁBITOS NERVIOSOS: TICS

HÁBITOS NERVIOSOS

TICS Y SU REACCIÓN INCOMPATIBLE





1. TIC DE LA CABEZA HACIA ATRÁS: contracción de los músculos flexores del cuello mientras se inclina ligeramente la barbilla hacia abajo y hacia dentro y se mantiene la cabeza con los ojos hacia delante.

2. TIC DE SACUDIDA DE CABEZA: contracción isométrica lenta de los músculos del cuello con los ojos hacia delante hasta que la cabeza pueda ser mantenida perfectamente quieta.

3. TIC DE LOS HOMBROS HACIA ARRIBA: contracción isométrica de los músculos de los hombros que mueven estos hacia abajo.

4. TIC DE LOS HOMBROS HACIA ADELANTE: empujar las manos hacia abajo y hacia atrás  con algún objeto, tal como los brazos de una silla mientras se está sentado, o contra los muslos si se está de pie.

5.TIC DEL BRAZO: empujar la mano contra el muslo o abdomen y el codo contra la cadera.

6. ARRUGAR LA NARIZ: llevar un poco hacia abajo el labio superior y apretar los labios.

7. MORDERSE EL LABIO O EL INTERIOR DE LA MEJILLA: cerrar la boca y apretar los dientes ligeramente.

Otros TICS: 

TICS FÓNICOS ORALES (aclararse la garganta, ladrar, toser)
TICS FÓNICOS NASALES (sorber o exhalar por la nariz)
GOLPEAR CON LOS PIES CONTRA EL SUELO

Tratamiento:
Terapia de Conducta




jueves, 4 de septiembre de 2014

Cenar en familia es bueno para la salud mental del adolescente: Ciberbullyng, salud mental y consumo de sustancias

CENAR EN FAMILIA ES BUENO PARA LA SALUD
 MENTAL DEL ADOLESCENTE


El acoso cibernético se asocia con problemas de salud mental y el uso de sustancias en los adolescentes, pero las cenas familiares pueden ayudar a proteger a los adolescentes de las consecuencias del acoso cibernético y también ser beneficiosas para su salud mental, según concluye una investigación de la Universidad McGill en Montreal (Canadá).
Aproximadamente uno de cada cinco adolescentes ha experimentado recientemente acoso digital o cibernético, que, como el acoso tradicional, puede elevar el riesgo de problemas de salud mental en los adolescentes, así como el uso indebido de drogas y alcohol. Es importante entender si el ‘cyberbullying’ contribuye de forma única a los problemas de salud mental y el consumo de sustancias independientes de su solapamiento con el tradicional ‘bullying’ cara a cara.
Los autores de este estudio examinaron la asociación entre el acoso cibernético y los problemas de salud mental y el consumo de drogas, así como cualquier moderación de los efectos por el contacto con la familia y la comunicación a través de las cenas familiares. El análisis incluyó datos de encuestas realizadas a 18.834 estudiantes con edades de 12 a 18 años de 49 escuelas en un estado del medio oeste.
Los investigadores midieron cinco problemas interiores: ansiedad, depresión, autolesiones, ideación suicida e intento de suicidio; dos problemas externos: peleas y vandalismo, y cuatro problemas de consumo de sustancias: consumo frecuente de alcohol, consumo excesivo de alcohol de manera frecuente, uso indebido de medicamentos recetados y consumo indebido de drogas de venta libre.
Casi el 19 por ciento de los estudiantes dijo haber experimentado acoso cibernético durante los 12 meses anteriores y el ‘cyberbullying’ se relacionó con los 11 problemas interiores, de externalización y de consumo de sustancias. Las cenas familiares parecían moderar la relación entre el acoso cibernético y los problemas de salud mental y el uso de sustancias.
Por ejemplo, con cuatro o más cenas familiares por semana hubo una diferencia de cuatro veces en las tasas de problemas totales entre ninguna victimización de acoso cibernético y la victimización frecuente. Cuando no se cenó en familia, la diferencia fue de más de siete veces.
Fuente: MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS)