miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA AMBIVALENCIA EN LAS CONDUCTAS ADICTIVAS: "SABER DONDE SE QUIERE IR PERO NO ENCONTRARSE TODAVÍA PREPARADO"

La ambivalencia es un estado de la mente en el que una persona tiene sentimientos conflictivos simultáneos sobre algo. En el caso de las conductas adictivas, esto se aplica a la persona que se siente claramente ambivalente entre llevar a cabo una conducta en cuestión (comer, beber, fumar, jugar, etc.) o no realizarla. Dentro del proceso de cambio de Prochaska y DiClemente, el periodo caracterizado por esta ambivalencia es la fase de “contemplación”. La persona contempladora considera y rechaza el cambio a la vez. Esta es una etapa del cambio normal y característica, aunque en ocasiones sus manifestaciones quizá se atribuyan erróneamente a rasgos patológicos de personalidad o a ciertos mecanismos de defensa.

Etapa en la cual los individuos son conscientes de que existe un problema y piensan seriamente superarlo, pero aún no se han comprometido a pasar a la acción. Esta conciencia sobre su problema adictivo se observa en el hecho de que muchos de los adictos que acuden a tratamiento lo hacen en esta etapa, si bien son reacios a compromiso (Graña, 1994). Contemplación es “Saber donde se quiere ir pero no encontrarse todavía preparado”.           

La palabra en este estadio es la ambivalencia. Por un lado, los sujetos son conscientes de su adicción y piensan en cambiar, por otro, no tienen demasiada conciencia de que este cambio o, mejor dicho, los esfuerzos necesarios para cambiar, vayan a reportarles beneficios.

Aspectos como el apego del sujeto a la sustancia, entendido como una serie de procesos tales como la adaptación fisiológica del sujeto a la sustancia y las consecuencias negativas de la retirada de ésta, la tolerancia, o necesidad del aumento progresivo de la sustancia a fin de poder experimentar el mismo efecto deseado, o los procesos de aprendizaje o de condicionamiento, así como el conflicto que el sujeto atraviesa antes de decidirse por abandonar el consumo, que en este caso sería principalmente el de “aproximación-evitación”, son los ingredientes principales de este estado de ambivalencia. Este conflicto parece tener un potencial especial para mantener a las personas “paralizadas” y provocarles estrés. Aquí las personas se sienten tanto atraídas como repelidas por un mismo objeto.


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