lunes, 23 de septiembre de 2013

TERAPIA GRUPAL E INTERVENCIÓN INDIVIDUAL EN DROGODEPENDENCIAS. AMBAS MODALIDADES TERAPÉUTICAS COMBINADAS.

"Aun cuando la terapia de grupo es la modalidad terapéutica preferida en este ámbito, sin embargo puede ser insuficiente por misma para abordar el amplio rango de conductas problemáticas que presenta la drogodependencia. Es por esto, que se recomienda que ambos estilos terapéuticos se combinen en el proceso de abstinencia y cambio de estilo de vida"





La intervención grupal aplicada al tratamiento de la drogodependencia es especialmente importante y ha sido utilizada tradicionalmente por los profesionales de este ámbito como la solución más popular a dicho problema y es el tratamiento de  elección  para  complementar  los  aspectos  de  la  intervención  individual.  El deterioro y la alteración de vida por la drogodependencia y el descubrimiento de nuevos trastornos adictivos han traído de nuevo la atención y máximo esfuerzo de los profesionales en la forma de trabajo grupal (Graña y García, 1987)

Resultados de investigaciones muestran como la participación continuada en la terapia grupal a lo largo del proceso de rehabilitación e inserción constituye uno de los ejes centrales para el mantenimiento del éxito terapéutico a largo plazo (Graña, 1991 a; Graña y García, 1987f, 1990).

En el campo que nos ocupa, la intervención psicosocial grupal resulta muy eficaz para cambiar el estilo de vida del adicto, caracterizada por:

  • el individualismo,
  • el egoísmo,
  • un funcionamiento social deficitario
  • unas  expectativas  y  creencias  irracionales  respecto  a  uno  mismo  y  su adicción (Graña Y García, 1987f).

De esta manera, la terapia grupal en drogodependencias estará orientada a la solución de problemas y a la realización de tareas para lograr la abstinencia y el cambio de estilo de vida del drogodependiente, trabajando una serie de contenidos como son:

1. el proceso de abstinencia,

2. el deseo y deshabituación psicológica,
3. la alteración del estado de ánimo,
4. la prevención de recaídas,

5. el entrenamiento en habilidades sociales, etc., que más adelante analizaremos.

El trabajo de grupo presenta una serie de ventajas con respecto a la intervención individual. Es más breve en cuanto al tiempo de tratamiento y coste-eficacia, características que son muy importantes para los centros de tratamiento, en los que la demanda suele ser grande. La terapia de grupo proporciona a sus miembros una oportunidad única para acelerar el proceso terapéutico mediante:

  • la identificación mutua,

  • la aceptación,

  • los modelos,

  • la presión positiva de los miembros del grupo,

  • el establecimiento de límites, etc.

Para ello es importante que el individuo ponga en práctica la autoevaluación, la participación activa y la adhesión a las normas de funcionamiento del grupo: asistencia, puntualidad, abstinencia, respecto (Graña y García, 1987).

Aun cuando la terapia de grupo es la modalidad terapéutica preferida en este ámbito, sin embargo puede ser insuficiente por misma para abordar el amplio rango de conductas problemáticas que presenta la drogodependencia. Es por esto, que se recomienda que ambos estilos terapéuticos se combinen en el proceso de abstinencia y cambio de estilo de vida.





martes, 17 de septiembre de 2013

PREVENCIÓN DEL SUICIDIO: PALIAR LA DESESPERACIÓN ATENDIENDO A LAS REDES SOCIALES

Los prejuicios y el miedo rodean al suicidio, una acción que, cada año, llevan a cabo un millón de personas en el mundo. Hay que estar atento pues muchos gritan su desesperación a través de las redes sociales; la prevención, más que nunca, es la solución para encontrar la luz al final del túnel.


La medicina preventiva intenta abrirse camino en todos los ámbitos de la salud y en el tema que nos ocupa, los especialistas insisten en remarcar su carácter crucial. Aquí, más que nunca, la prevención salva vidas.
El 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y pretende fomentar, en los cinco continentes, compromisos y medidas que ayuden eficazmente a acabar con esta práctica. Cada día 3000 personas ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.
En los últimos 50 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% en todo el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países, tanto en el mundo desarrollado como en el mundo en desarrollo.
“En España, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes de 15 a 20 años”, afirma Carlos Mirapeix, psiquiatra y Director de la Fundación para la Investigación en Psicoterapia y Personalidad (FUNDIPP).

REDES SOCIALES: UN NUEVO ALTAVOZ DE AUXILIO

“Existe un mito con respecto a que el paciente que se quiere suicidar no lo dice y se mata”, según el psiquiatra quien nos aclara que los datos apuntan a que los que tienen ideación suicida, el 80 %, han ido al médico la semana anterior o han dado indicios y noticias de ideas de suicidio con familiares o amigos.
Estas comunicaciones se realizan por las vías naturales al individuo y hoy en día ese escenario, especialmente para los jóvenes, lo conforman las redes sociales. Se ha detectado, explica Mirapeix, con vistas a la intervención precoz en adolescentes que el lugar donde expresan por primera vez pensamientos suicidas y de muerte, sensaciones de hartazgo y desesperación y búsqueda de ayuda es en las redes sociales.
La revista Crisis: the journal of Crisis Intervention and Suicide Prevention 2011; Vol. 32(5): 280–282, publicó un estudio, llevado a cabo por médicos suizos, sobre Facebook y casos de suicidio. En sus conclusiones señala cómo la presencia de notas de suicidio en redes sociales como Facebook es un fenómeno reciente y alerta sobre la necesidad de ser conscientes de este nuevo tipo de anuncio de suicidio y sus consecuencias posibles.
En España, los voluntarios de los centros del Teléfono de la Esperanza atendieron el año pasado 1.567 llamadas en las que los afectados manifestaron de manera explícita su intención de suicidarse, un 30% más que en 2001.
“Nuestro equipo trabaja con grupos de adolescentes y jóvenes con problemas de conducta grave y trastorno límite de personalidad graves; siempre les pedimos autorización para que nos dejen visitar su perfil de Facebook. Dentro del protocolo de evaluación también estudiamos el contenido de su perfil porque a veces allí aparecen cosas tremendamente importantes desde el punto de vista clínico”, afirma el doctor.
“Tenemos pocas conclusiones pero empezamos a tener alguna idea de cómo van las cosas. Está empezando a haber auténticas plataformas online de prevención del suicidio, plataformas con acceso a chats, a las propias redes sociales de esas plataformas, en definitiva, facilitar la comunicación directa con profesionales”, asegura Mirapeix.
“Incluso, hoy en día se está empezando a utilizar como herramienta y método de intervención de situación de crisis el WhatsApp. Los profesionales nos estamos planteando qué podemos hacer con las nuevas tecnologías y ayudar a estos chavales con un alto índice de suicidio pues donde mejor expresan lo que les pasa es en las redes sociales”, insiste el psiquiatra.

PROBLEMA GLOBAL
Los trastornos mentales (especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol) son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva.

"El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales, tal y como predica la OMS."

El doctor Mirapeix insiste en que la prevención del suicidio es un problema sanitario, social, político que nos compete a todos. “Hay que quitar el estigma del suicidio y del paciente con ideación suicida para favorecer su identificación, darles un espacio para hablar, entrenar a los profesionales y poner programas terapeúticos que prevengan esta situación”.
También existen medidas de prevención más allá de las sanitarias. “Algunas requieren medidas políticas como la posibilidad de disponer de armas de fuego muy relacionada con el riesgo de que se cometan suicidios; que los sitios peligrosos estén vallados, protegidos u otras medidas como la adquisición de sustancias tóxicas peligrosas o medicamentos con alto índice de letalidad, en definitiva, dificultar el acceso a prácticas suicidas”, asegura Mirapeix.
“En España, es necesario entrenar a los maestros y profesores de instituto para que sepan detectar cuando un niño, y sobre todo un adolescente, muestra signos con una ideación suicida potencial, y poder remitirlo al equipo psicológico o al médico”, insiste el psiquiatra.

Fuente: Efe Salud.es, Día Prevención Suicidio, 9 Septiembre 2013

viernes, 6 de septiembre de 2013

LOS ADICTOS AL JUEGO PRESENTAN ANOMALÍAS QUE AFECTAN A SU CAPACIDAD DE TOMAR DECISIONES

Investigadores de la Universidad de Granada han analizado las similitudes y diferencias psicológicas y de funcionamiento cerebral que existen entre las personas adictas a la cocaína y las que son adictas a los juegos de azar. Las conclusiones revelan que las personas adictas al juego presentan anomalías en su funcionamiento cerebral que afectan a su capacidad de tomar decisiones.


La cocaína tiene efectos perjudiciales acumulativos sobre el funcionamiento de áreas del cerebro –cíngulo anterior y parte de la corteza prefrontal– necesarias para el correcto control de impulsos.
Al menos así lo corroboran dos nuevos estudios, publicados recientemente en la revista Frontiers in Neuroscience, que utilizan técnicas de identificación de anomalías de funcionamiento cerebral mediante electroencefalografía (EEG).
Sin embargo, estos efectos negativos sobre el correcto control de impulsos no están presentes en los jugadores, puesto que su adicción no implica el uso de sustancias tóxicas.
Ahora, expertos de la Universidad de Granada (UGR) han revelado que las personas adictas al juego sí que manifiestan otras anomalías en su funcionamiento cerebral, localizadas también en áreas de la corteza prefrontal. Estas anomalías están relacionadas con la gravedad del trastorno y afectan a su capacidad de tomar decisiones.
Como explican los autores principales de este trabajo, José César Perales y Ana Torres, del departamento de Psicología Experimental de la UGR, “esas malas decisiones afectan al reconocimiento y valoración de las pérdidas que tienen esas personas, aún cuando dichas pérdidas no se refieren a asuntos monetarios”.
Emociones negativas
 En los voluntarios que participaron en la investigación se observó también que la tendencia a tomar malas decisiones se incrementa significativamente cuando experimentan emociones negativas como ansiedad o tristeza.
De los datos obtenidos se derivan “pautas prácticas que tienen una utilidad directa para el tratamiento psicológico de ambas adicciones”. En primer lugar, es necesario tener en cuenta que las alteraciones provocadas por el consumo crónico de la cocaína pueden convertirse a su vez en un obstáculo para el tratamiento y, por tanto, deben observarse a la hora de establecer un pronóstico.
En segundo lugar, los autores han identificado algunos aspectos claves que debe incorporar el tratamiento dirigido a la rehabilitación del juego patológico, especialmente en los casos más graves: tratar directamente los problemas emocionales que disparan la necesidad de jugar y realizar un entrenamiento específico que permita al individuo aprender a valorar de forma adecuada las pérdidas y sus consecuencias.
Este trabajo ha sido realizado por investigadores pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCyC), de la Universidad de Granada, con la colaboración de la Asociación Granadina de Jugadores de Azar en Rehabilitación (AGRAJER) y Proyecto Hombre.
Fuente:URGdivulga / SINC

DISCUTIR EN PAREJA, SI... PERO SALUDABLEMENTE

Discutir en pareja, sí… pero saludablemente


No se trata de ver quién tiene razón, sino de superar conflictos y aprender a negociar con el otro. Suena sencillo, pero es complejo y, en ocasiones, requiere la ayuda de un experto que guíe a los enamorados en el complicado laberinto de la comunicación.

Todo comienza con una sencilla pregunta: “Navidades, ¿con tus padres o los míos?”. Dos horas después, la pareja no ha logrado llegar a un acuerdo, ambos están irritados y han aprovechado la ocasión para sacar reproches del pasado.
¿Cuál fue el error? Los expertos coinciden en que la principal causa de las peleas en pareja es la incapacidad de convivir con las diferencias del otro, lo que lleva a la incomunicación y la falta de entendimiento mutuo.
“La premisa de la que partimos siempre es la de intentar cambiar la forma de pensar del otro. En este empeño,  se siente incomprendido y surge el conflicto”, explica el psicoterapeuta, Norberto Barbagelata Churruarin, codirector del Grupo Zurbano de Terapia Familiar.
Tratar de cambiar a la persona que en principio nos enamoró no es la solución y es aquí donde hay que aprender a escuchar, negociar y aceptar las diferencias del otro, claves para que una relación crezca y evolucione.

Discutir, más no pelear

Enrique García Huete, director de la Clínica Quality Psicólogos, asegura que una discusión saludable se genera cuando “hay capacidad para expresar emociones con la habilidad de solucionar problemas y llegar al consenso”. Lo mejor es hacerlo paso a paso.
  • Escuchar. Justo como lo explica la psicóloga, Trinidad Bernal Samper, directora del Centro de Resolución de Conflictos, APSIDE, hay que valorar la opinión del otro sin interrumpirlo.
  • Ponerse en el lugar del otro. Cuando se consigue prestar atención a lo que la pareja tiene que decir, es momento de dejar el orgullo a un lado y sentir empatía por lo que el otro está sintiendo.
  • Contar hasta diez. Si las cosas se están saliendo de control, hay que calmar los ánimos y ésta es una buena técnica para no dejarse llevar por el enojo, de acuerdo con los expertos.
  • Expresar y explicar. Hay que recordar que el otro no es adivino, así que es importante comunicar lo mejor posible cuál fue la molestia y el punto de vista al respecto.
  • Negociar. Llegar a un acuerdo con la pareja significa ceder en algunas cosas y aceptar cuando la otra parte tiene más puntos a favor.

Lo que debes evitar



  • Violencia verbal y física. Fundamental para no perder el respeto mutuo. En caso de llegar a decir algo que no se deseaba, lo importante es retractarse en el momento, disculparse y trabajar en no repetir la conducta.
  • Tratar de quedar por encima del otro.Según nos cuenta el especialista, Enrique García, muchas peleas se originan porque una de las dos partes desea demostrar su poder sobre la otra. Grave error que solo genera resentimientos.
  • Perder la identidad. Tampoco se trata de evitar conflictos, por lo que no es válido guardarse la opinión. Esto solo ayudará a que la balanza siempre esté inclinada hacia un lado, mientras que del otro se genera la idea de que ha dado más de lo que recibe, según el psicoterapeuta, Norberto Barbagelata.
  • Caer en los “mensajes tú”. Atacar a la pareja con recriminaciones como “es que tú haces” o “es que tú dices” no funciona, pues genera que ambos se pongan a la defensiva y el círculo de la comunicación deje de funcionar.

Rutina “salvadora”

Las vacaciones no son lo mismo para todos y cuando hablamos de la vida en pareja, estar juntos 24 horas puede convertirse en un motivo para que aumenten las discusiones.
“Una persona que tiene un trabajo estresante y con complicaciones quiere relajarse durante sus vacaciones. Si la otra persona tiene un trabajo más relajado, lo que quiere es actividad y salir de casa. Ese puede ser un gran problema al momento de ponerse de acuerdo”, señala la psicóloga Trinidad Bernal.
Es por eso que muchas parejas “conviven” mejor cuando solo se ven unas horas al día y están envueltas en sus respectivas rutinas aunque, como aseguran los especialistas, ésta es otra señal de que la relación no va bien.
“Las vacaciones no son el factor que desata las peleas. La cuestión aparece cuando ya hay problemas en esa pareja y la convivencia hace que aparezcan con más intensidad”, añade Enrique García Huete.

Polos opuestos se atraen pero… ¿permanecen juntos?

Los tres expertos consultados son contundentes:  a más diferencias, menos probabilidades de que la pareja sobreviva a largo plazo.
Es decir, al momento de elegir con quién pasar el resto de la vida, hay que buscar afinidad, así será más sencillo superar los conflictos.
“Elegir pareja es la empresa más difícil de la humanidad; sin embargo, invertimos poco en ello y se toman malas decisiones. Muchas veces se trata de mantener esa decisión por cuestiones económicas, por los hijos o por miedos y ese es un error que se paga caro”, comenta Bernal.
Si bien la terapia ayuda a que las parejas aprendan a comunicarse mejor, hay casos en los que la mano experta ya no puede hacer mucho. En esos momentos, concluye Norberto Barbagelata, solo queda una opción: “Cuando las diferencias son abismales, la única solución es aceptar que no se puede vivir juntos y separarse”.

Fuente: Efe Salud.es, Relaciones de Pareja, 3 Septiembre 2013